lunes, 8 de septiembre de 2008

Un amanecer muy prometedor en la Ciencia


De la bioquímica a la biocomunicación y biocibernetica



Con el importante desarrollo que ha experimentado la bioquímica durante el siglo XX, el modelo de ser vivo que se ha impuesto es químico-molecular. Es decir, en realidad se trata de un modelo mecanicista que es básicamente el universo formulado por Demócrito en el siglo V A.C., formado únicamente por átomos materiales. De esta forma, el funcionamiento de los seres vivos se reduce a millones de moléculas (hormonas, proteínas, enzimas, etc.) que reaccionan químicamente entre sí.
El nexo sico-somático y otros efectos, relacionados con la influencia emocional en en el proceso salud-enfermedad y en la capacidad de autocuracion, intrigaron a la comunidad científica. Tenia que existir un sistema que controlara o interactuara mas profunda, rápida y fundamentalmente que los sistemas neurológico y endocrino. Efectivamente existe un sistema mas rapido, un tipo de comunicación mas directo y muy eficiente, completamente distinto de los otros dos sistemas que actúan mas lenta y permanentemente en los tejidos.
La naturaleza electromagnética de este sistema directo de señales ha sido descrita más detalladamente en los últimos tiempos. Actualmente, sabemos que gracias a la estructura química del tejido vivo es que esta transmisión interna de señales es tan selectiva y eficiente. Esta transferencia de información es llevada a cabo mediante las diversas propiedades fotonicas del tejido vivo que emplean diferentes cintas espectrales de comunicación.
En 1922 el biofísico ruso Alexander Gurwitsch observó que al aproximar las raicillas de una planta de cebolla al tallo de otra planta de cebolla se induce una multiplicación celular en el tallo sometido a tal influjo, reconocida al microscopio por un aumento de la mitosis. Efecto que se bloqueaba cuando se cubrían las plantas con tubos de vidrio. Pues bien -con gran sorpresa del investigador-, ese efecto volvía a aparecer si en lugar de vidrio las plantas se introducían en tubos de cuarzo. Y como la posible transferencia química podía descartarse concluyó que tenía que deberse a la luz ya que el vidrio absorbe la radiación ultravioleta mientras el cuarzo la deja pasar. Una luz que influía directamente sobre el ADN. Tan sensacional descubrimiento sería corroborado en 1974 por el Premio Nobel de Física Denis Gabor -descubridor del principio de la holografía- al reproducir minuciosamente en los laboratorios de Siemens de Berlín los experimentos de Gurwitsch estableciendo además que los fotones aislados pueden desencadenar la multiplicación celular. A continuación, en 1954, los italianos L. Colli y U. Facchini constatarían que también los embriones de diversas semillas de cereales emiten luz.
En los años ochenta, el biofísico alemán Fritz Albert Popp hizo uno de los hallazgos más importantes en biología desde que Watson y Crick descubrieran en 1953 la estructura del ADN. Popp demostró experimentalmente que todas las células emiten una luz muy débil. Esta luz, llamada luz biofotónica, es una radiación coherente y armónica que tiene la capacidad de comunicar unas células con otras. Células del mismo tipo producen fotones de la misma frecuencia que interfieren entre sí, creando canales de comunicación entre ellas. De esta forma, unos pocos fotones pueden transmitir una gran cantidad de información, y pueden indicar incluso cuándo se tienen que producir reacciones químicas en el interior de una célula. En definitiva, la luz biofotónica parece estar en la base de todos los procesos biológicos. Este descubrimiento tiene un alcance filosófico sin precedentes, cambiando la concepción que tenemos hasta ahora de los seres vivos.
En 1940, el medico y biofísico ruso George Lakhovsky, sostuvo que no sólo todas las células vivas producen oscilaciones y radian frecuencias especificas , también pueden recibir y atender a las oscilaciones que les impone de fuentes externas. dando lugar a un nuevo método de curación mediante la aplicación de ondas. Lakhovsky sostenía que cuando estas fuentes externas de las oscilaciones se encuentran en simpatía, es decir que son exactamente la misma frecuencia que la producida por la célula, la fuerza y el vigor de la célula que se reforzará y se vuelven más fuertes. Las células de organismos que causan enfermedades en una persona infectada, producen diferentes frecuencias que no sea la de normales, las células sanas.
Todas las células vivas, poseen los atributos que normalmente se asocian con los circuitos electrónicos. Estos atributos incluyen resistencia, capacitancia, y la inductancia. Estas 3 propiedades eléctricas, cuando se configuran correctamente, hará que los periódicos o la generación de oscilación (frecuencias) sean sostenidas por un pequeño y constante suministro de energía. Este efecto se conoce como resonancia. En la electrónica, circuitos que generan esas ondas periódicas puede llamarse resonadores electromagnéticos, pero más comúnmente se les conoce como osciladores. Este conocimiento que se consolido alrededor de 1930, con los trabajos de Lakhovsky quien fue el primer investigador que utilizó las ondas electromagnéticas en el campo de la biología. Desde 1924 un trabajo sobre los efectos de las ondas cortas en el cáncer de las plantas, fue su primer intento por encontrar aplicaciones practicas . Sinembargo el desconocimiento tanto de de las ventanas Biologicas, como de otros atributos biológicos como el tipo de intensidad y la naturaleza pulsatil de los organismos vivos, hiceron que estos trabajos no arrojaron los efectos deseados.
Después del descubrimiento de Popp y los avances de la biofísica, se ha puesto de manifiesto que el modelo químico-molecular es insuficiente. Los seres vivos no sólo están formados por materia, sino que también están formados por campos electromagnéticos; esta materia y estos campos interaccionan entre sí, y la vida sólo se puede entender si tenemos en cuenta ambos factores.
La Biocibernética estudia los patrones información y los canales de comunicación de conexión entre los elementos de un sistema, asi como las fuentes externas de información que interacutan o tiende a ordenar o desincronizar un sistema. Desde este punto de vista cuando el organismo enferma, lo que ocurre es una pérdida de la capacidad de elaboración, asimilación o transmisión de la información. Entonces, se podría decir que la salud corresponde al estado de máximo orden interno o coherencia funcional.
El conocimiento sobre la dinámica funcional aportado por la biocibernetica ha ayudado ha comprender mejor como es que esta gran cantidad de información entre emisores y receptores, resonando y sincronizanizandose de tal forma que facilitan la adaptación a entornos cambiantes, ha permitido ayudar a los sistemas biológicos a conseguir mantener una gran coherencia y sincronía fisiológica.
Yung KT, de la Escuela de Medicina de la U de Pittsburg en USA en el año 2005 planteó que tanto los efectos directos y remotos sobre los meridianos de acupuntura, y la terapia con campos magnéticos tienen ambos el potencial de reforzar y remodelar gradualmente la matrix extracelular (Sistema Básico de Pischinger)en el tejido conectivo intersticial, lo que resulta en un efecto terapéutico posterior.(Yung,KT,2005)
También en el 2005 David A Hood, de la Universidad de New York en Canadá, descubrió que la mitocondria que es la planta de poder de la célula, resuena a 10 Hz, y se sabe que ella juega un papel importante en la muerte celular programada o apoptosis.
En el 2003, la Nasa había confirmado que un campo magnético de 10 Hz apaga el espectro de los genes de maduración (responsables del envejecimiento) y enciende los genes de desarrollo (responsables de prolongar la vida) por lo cual el uso terapéutico de campos magnéticos de 10 Hz retarda el envejecimiento y extiende significativamente la expectativa de vida al actuar tanto a nivel del Sistema Básico de Pischinger, como a nivel de la mitocondria.